Ángel Galán comisario Principal Honorario
«Actualmente tenemos una seguridad ciudadana excelente y una investigación más deficitaria»
El comisario estuvo en distintos destinos pero siempre ligado a la investigación durante casi 44 años entregados en diferentes especialidades del Cuerpo General de Policía (CGP ) y en especial como investigador criminal. No es un hombre fácil, y lo sabe, salió de la Escuela General de Policía, que estaba situada en el edificio actual de la Dirección General de Policía en la calle Miguel Ángel en Madrid, a mediados del año 1970, siendo destinado a la Inspección de guardia de la Comisaría del Distrito de Cuatro Caminos, desde donde a los dos meses, le integraron en el grupo de investigación criminal. Desde ese momento la investigación de un tipo o de otro ha ocupado su vida profesional.
Se jubiló en el 2013 y fundó el IPIC el Instituto de Probática e Investigación Criminal, donde sigue instruyendo y pasando toda su experiencia de campo a los investigadores tanto públicos como privados, aunque como es un hombre del “cara a cara” se resiste a los webinar o al uso de “las tecnologías para todo. Hay escenas que yo muestro en clase, que se necesita estar presente, tocar”.
Afirma que “en 1970 el CGP, hace ya medio siglo, era un cuerpo de investigación y no de seguridad” ,es una voz crítica con lo que está sucediendo actualmente con los casos y la investigación en España; “actualmente existen cinco cuerpos de seguridad en España, lógicamente la coordinación es más complicada y ninguno de los cuerpos es exclusivo de investigación, así que nos guste o no la investigación está perdiendo espacios y efectividad. Con este sistema actual, creo honestamente que tenemos una seguridad ciudadana excelente y una investigación más deficitaria que en la etapa anterior, donde existían tres cuerpos, todos ellos estatales, dos de seguridad y uno de investigación, como eran la Guardia Civil, el Cuerpo de Policía Armada y el Cuerpo General de Policía”.
Galán es consciente de que la sociedad ha cambiado mucho “cualquiera que sea mayor de 45 años se da cuenta”. También opina que «se está mal utilizando las profesiones de investigación privada. Tiene más posibilidades de investigación ahora, el periodista que el detective privado, aunque solo este último esté autorizado legalmente para ello. Además de que la nueva profesión de criminología, no tiene claras sus facultades en el mundo laboral, ya que legalmente tampoco puede investigar, será como un estudioso y analítico del delito simplemente. Estimo que por ejemplo en la desaparición, podrían hacer mucho más los detectives, si bien es verdad que debían tener en su enseñanza en la Universidades, preparación en la investigación, que brilla por su ausencia y ese tipo de formación impartido por expertos en investigación, no por licenciados en otras materias.»
[En cuanto a la comparación del detective vs al periodista, la autora de este artículo, discrepa con el Comisario, ya que se tratan de profesiones absolutamente diferentes, que se basan en derechos fundamentales diferentes, necesarios en una democracia. En cambio advierte el peligro de que profesionales no regulados estén realizando intrusimo, por cierto, tanto como falsos investigadores/ciberinvestigadores privados, o como falsos periodistas, dando voz en medios a noticias falsas, sin contrastar y fomentando la desinformación.Pero esto se merece un artículo a parte ]
El comisario afirma que ha intervenido en miles de delitos “ he participado en delitos de relevancia en todas mis épocas, pero que actualmente recuerde la sociedad, la detección de un piso de ETA en Madrid, el triple crimen de Burgos, la detención del Solitario, la detención de la banda del “Casper” y la recuperación de los cuadros de las Koplowitz, el secuestro del niño de 9 años en Sevilla, que rescatamos en Fuengirola, el secuestro del empresario español Cid en Venezuela, el engorde ilegal de ganado o la piratería industrial y artística, podrían ser algunos botones de mi actividad investigadora, en sus dos facetas de investigador de campo y de director y gestor de grupos humanos”
El tipo de investigación variaba de la delincuencia común, a la investigación en inteligencia o de contraespionaje, organización criminal, investigación de grupos de terrorismo internacional, responsable de la seguridad de un distrito. Como responsable policial además tenía que gestionar no solo la investigación, si no también medios económicos, humanos y materiales en los destinos de jefe operativo de un distrito en Madrid, en la Jefatura Superior de Illes Balears, en la Brigada Central de Delincuencia Especializada, y más tarde en la Unidad Central De Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV Central) o de Jefe Superior de Policía de Extremadura.
«En el 2002 me di cuenta de que había un problema con las desapariciones en nuestro país»
En cuanto a desaparecidos, no conocía su existencia hasta el año 2002 y el primer caso del que tuvo conocimiento fue con la desaparición de la joven viguesa Deborah Fernández Cervera « me sorprendió precisamente por el hecho de la desaparición. No había tenido antes casos de ese tipo, pero hasta el de Fernando Caldas, también en Galicia, no fui consciente de que había un problema con las desapariciones en nuestro país”.
«El caso Deborah se ha abierto porque ha aparecido un testigo que durante 19 años ha estado callado»
Galán dirigió la investigación y le preguntamos sobre la re apertura del caso con la exhumación de cuerpo, tras la aportación del informe del criminólogo Óscar Tarruella. Se han encontrado fibras de una sábana y un pelo debajo de las uñas de la joven como nos adelantó a Detcamp Tarruella. Pero el comisario no duda de que «El caso Deborah, tuvo y tiene un doble problema, como he dicho al principio de la entrevista, sobre desapariciones no se tenía en la época que sucedió un método de investigación, simplemente se buscaba, como si tuviera una escena del delito, como todos los sucesos. Cuando precisamente el que no exista ninguna escena y el que la ausencia no sea delictiva, es la que lo convierte en un hecho absolutamente diferente para la investigación.
En principio era una desaparición, pero a los diez días apareció su cadáver en una carretera de la costa a 40 km de Vigo y con todos los ingredientes para que se pudiera pensar que era una escena preparada.
Ambas cosas complicaron aún más todo el caso. Se está a pocos meses de su prescripción y yo con todo la información que sale en los medios de comunicación, no veo nada real para resolverlo, solo muchos comentarios y análisis de personas que no son ni juristas, ni investigadores. Ojalá den fruto los abogados en los que la hermana pequeña ha confiado y finalmente se sepa que pasó.»
Nota :la entrevista fue videograbada, pero la técnica falló, pero hemos podido recuperar este clip sobre el caso de Deborah Fernández que está a pocos meses de prescribir.
El 22 abril, si no se retrasa, se podría cerrar el caso de la viguesa, a pesar de que existan nuevos indicios, un pelo, de las uñas de la joven espera a ser analizado en la cola de los trabajos del laboratorio forense. La familia, desesperada clama que sea analizado ése pelo, y que se interrogue a su sospechoso o que cierren ya el caso. Galán, que entiende la desesperación de la familia, pero cree que “con toda la información que sale en los medios de comunicación, no veo nada real para resolverlo, solo muchos comentarios y análisis de personas que no son ni juristas, ni investigadores. Nunca hubo un sospechoso, fue interrogado hasta en cuatro ocasiones, pero nunca fue sospechoso, sino entrevistado como a más personas del entorno de Deborah. Hay casos en que, los medios de comunicación, les han dado un protagonismo que creo exagerado. Lo cual no implica que no me parezca bien, que, hasta el último minuto, incluso después, aunque el delito haya prescrito, no se trate de encontrar la verdad de lo ocurrido. Ojalá den fruto los abogados en los que la hermana pequeña ha confiado y finalmente se sepa que pasó”
El comisario sabe que como ser humano seguro que se habrá equivocado más de una vez, pero “siguiendo ese método y siendo varias personas las que actuamos, no es fácil” y recalca que algunas de las investigaciones han sido muy buenas, pero los jueces estiman si las pruebas o indicios son suficientes para seguir, “ claro que pedimos en el caso de Deborah investigar más, pero objetivamente, en aquel momento no había pruebas para que los jueces nos permitieran ir más allá con algunas personas, pero no eran suficientes y son ellos y no nosotros, los que tienen la obligación y la responsabilidad de esa decisión. Una vez dicho eso, me gustaría que surgiera en todos esos casos abiertos el autor y en las desapariciones que nos dijeran no solo que pasó, sino también donde se encuentra el cuerpo”
Ángel Galán afirma que trató los casos en los que intervino que el suceso, tuviera por objeto saber la realidad de lo ocurrido y tener por tanto un perfil de autor, esto es: cuando estuvo, si el hecho estaba planificado, que datos debía conocer el autor o autores, si era del círculo de la víctima o no, cómo llega y cómo se marcha, la fuerza que emplea, la altura que puede tener, si es diestro, zurdo o ambidiestro, etc. Todo ello define a la persona que lo ha realizado y si el que tenemos como obvio, no lo cumple, estamos equivocados y hay que volver a empezar.
Le pregunto sobre la importancia del perfil del criminólogo para la resolución de este caso y de otros, y nos sentencia que “la nueva profesión de criminología, que no tiene claras sus facultades en el mundo laboral, ya que legalmente tampoco puede investigar, será como un estudioso y analítico del delito simplemente. Estimo que por ejemplo en la desaparición, podrían hacer mucho más los detectives, si bien es verdad que debían tener en su enseñanza en la Universidades, preparación en la investigación, que brilla por su ausencia y ese tipo de formación impartido por expertos en investigación, no por licenciados en otras materias”.
«El Centro Nacional de Desaparecidos nos dan, de año en año, un número mayor de personas que permanecen desaparecidas. Eso indica que no resolvemos muchos de los casos pasados y además queda alguno más de los acaecidos en el año»
Profesional analógico, que echa en falta la enseñanza a través de la experiencia, le rebatimos sobre la importancia que ha tenido la tecnología para resolver el caso de las niñas de Tenerife asesinadas por su padre, y destaca que “la tecnología siempre será una herramienta de la investigación o de la toma de decisión y nunca un ente de investigación en sí misma, esto es, deberá ser utilizada por una mente humana que será el que la utilice de la forma en que sea más eficaz, ya que en sí misma es más rápida y puede guardar más memoria que el cerebro humano, pero no puede crear por sí misma. La prueba es tangible. En la actualidad se utilizan todos los sistemas tecnológicos de los que disponemos y si fueran eficaces, estaríamos descendiendo el número de desaparecidos, pero los datos del Centro Nacional de Desaparecidos nos dan, de año en año, un número mayor de personas que permanecen desaparecidas. Eso indica que no resolvemos muchos de los casos pasados y además queda alguno más de los acaecidos en el año.”
Y es que desaparecer no es un delito. El 98,5 % se resuelven rápidamente, ni el nombre, ni su definición figura en ningún párrafo del Código Penal ni en la Ley de Enjuiciamiento Criminal, ni tampoco en ningún otro Código de nuestra amplia doctrina jurídica. Tan solo en el Código Civil, se hace referencia a la ausencia, que no a la desaparición. Entonces si la desaparición no es delictiva en sí misma ¿por qué se denuncia ante agentes de la autoridad judicial o en las propias sedes de los juzgados de instrucción? “ Es simplemente una forma social por si fuera esa ausencia el producto de un hecho delictivo. Lo paradójico es que teniendo ya datos estadísticos concretos de ese fenómeno, que nos explicita que tan solo el 1,5 % de las desapariciones son situaciones para instruir como delitos penales en los Juzgados de Instrucción, estos se sigan persiguiendo en todos los casos como situaciones delictivas, cuando tendrían que estar investigados por detectives. Ahora bien, si el problema radica en que la familia de la persona que se ausenta o desaparece, no tiene medios para hacer frente a los gastos que de forma privada, pudiera tener que realizar, deberían las sociedades a través de los Gobiernos, encontrar el medio de hacer frente al problema económico y no utilizar sistemas tan costosos y que pueden colapsar, como el sistema de investigación y el judicial.»
Comenzamos el futurista año 2022, qué le pediría “más sensatez. En todos los campos de la sociedad humana, en lo social, lo económico, lo empresarial, lo político y en un largo etc. que llevaría aparejado la investigación. Son los expertos en un campo determinado los que pueden dar con la solución de un problema de esa especialidad. El mejor especialista en cerebros artificiales, nunca encontrará la mejor forma de encontrar como trasplantar el corazón que pueda elegir por sus condiciones a una persona. Eso no se dará, al menos de momento. Luego nadie va a explicar a los futuros investigadores como investigar, si no es él un gran investigador, tenga o no tenga master y diplomas de todos los colores. He visto números uno romperse, en la cruda realidad, en casi todas las profesiones. Eso me lleva a pensar que o se crea especialidad en los cuerpos de seguridad, en las que el profesional comienza y termina, o bien se finalizará creando un nuevo Cuerpo de investigación dependiente de la Justicia.”
Los detectives, “ya son unos profesionales especializados en investigación y ya colaboran no solo con las FCS, sino que los informes cuentan cada día con el respaldo y prestigio en los juzgados, precisamente, porque las personas necesitan son pruebas. Pero necesitan más formación, como en la policía”
Galán viene de una formación, absolutamente diferente a la actual y cree que era mejor que la que se está dando en la escuela de Ávila, «a nosotros nos daban clase los responsables a nivel nacional de las materias que nos enseñaban. No recuerdo todos los nombres pero investigación criminal la impartía D. Antonio Viqueira, jefe de la Brigada Central de Investigación Criminal, Medicina legal el Dr. Moro, responsable del departamento de medicina de la Dirección General de Seguridad, investigación político-social el inspector jefe Jambrina, jefe de la Brigada Central de Investigación político- social (ahora se denomina información), Piédrola responsable de dactiloscopia, nos impartía esa materia y el inspector jefe Peña Torrea la de técnica policial«.
Es crítico con la formación a los policías “actualmente los profesores en Ávila son todos licenciados o inclusive catedráticos de alguna Universidad, pero con un conocimiento muy teórico de las materias prácticas de la profesión de un investigador, no se tiene en cuenta la experiencia, y creo que ése es uno de los grandes problemas de la preparación actual de nuestro personal”.
Y es que el edadismo impera en nuestras sociedades donde la tecnología arrincona a la experiencia en todas las áreas profesionales, sin que seamos capaces de encontrar puntos de encuentro de respeto y conocimiento mutuo.
Puedes ver otra entrevista grabada en 2017 a Ángel Galán en nuestra videoteca de Youtube AQUÍ